Análisis: Estudio consumo Información Fundación BBVA
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Estudio sobre consumo de Información Fundación BBVA
Como vaticinaba aquel hit de los 80 ni “el video mató a la estrella de la radio” (Video Killed the Radio Star), ni la implosión de internet, ni los portales y fuentes dispares, ni las fake news, etc. han hecho mella en la credibilidad de los medios de comunicación tradicionales como fuentes de información preferentes y de confianza de la ciudadanía.
Así se desprende del ‘Estudio sobre pautas de consumo de información’ en el Estado, publicado este mes de junio por la Fundación BBVA. Estudio que recoge la valoración de 2.000 encuestados sobre la imagen que la sociedad tiene sobre los medios de comunicación y su grado de confianza.
En este primer artículo analizamos algunos datos del Estudio sobre consumo de información que inciden en la importancia de la credibilidad informativa que nos proporcionan los medios de comunicación u otras alternativas como internet.
Aspectos significativos
Destacan dos aspectos muy reveladores:
1. Un 75% de la población considera «muy importante» estar informado. Un porcentaje notable.
2. Y para ello, la mayoría recurre a los medios convencionales en detrimento de otras alternativas por la “confianza” que generan.
¡Oh, sorpresa! … No tanto.
Los analizamos.
La importancia de estar informado
La encuesta refleja que consideramos «importante» estar informados, porque nos facilita «entender lo que está pasando» en muchos aspectos (siete de cada diez consumidores de información lo respaldan).
Y, además, los encuestados apuntan que la información nos ayuda a la hora de «tomar decisiones».
La afirmación de Thomas Hobbes en su obra «Leviathan» (s. XVII) «la información es poder» sigue vigente. Tanto para los Medios que la generan como para los ciudadanos que la consumimos.
La confianza en los medios convencionales
El segundo aspecto clave es conocer ¿cuáles son nuestras fuentes de información? Y pese a la implosión de internet, las redes sociales, y demás alternativas, la encuesta refleja que seguimos confiando en los medios. En concreto, en los periódicos, radio y televisión. Principalmente porque, bien los medios convencionales y bien sus profesionales nos generan «confianza».
Lo hacen por su «credibilidad», lo que les permite erigirse como los verdaderos agentes influyentes, tanto en nuestras decisiones individuales, como a la hora de crear estados de opinión dentro de la sociedad.
Consideramos que la información que nos proporcionan los medios es «objetiva y veraz». Obtienen un 5,1 sobre 10, frente al 3,9 de las redes sociales. La razón radica en la fuente y no en el soporte: «no obedece tanto al canal de acceso en sí mismo, sino a quién genera y respalda la información en cada caso».
Adaptación al entorno on-line
Los medios convencionales han sabido adaptarse a los cambios producidos tras la irrupción de internet con su ecosistema on-line, forjando nuevos canales y formatos. Y los datos demuestran que, en la red de redes, los periódicos con versión papel tienen más credibilidad que aquellos que son meramente digitales.
«Es evidente que se ha producido un cambio muy significativo en los canales de acceso a la información, con un protagonismo claro de Internet. Sin embargo, los medios convencionales se han adaptado y conservan su vigencia a partir de la reinvención y ampliación de canales y formatos».
En el gráfico podemos ver cuáles son los temas que suscitan más interés. Sociedad, Salud, Educación, Medio Ambiente… están por encima de la Política.
Exigencia a los Medios
Si bien la encuesta revela el nivel de confianza que depositamos en los medios porque nos sirven para «entender lo que está pasando» y «tomar decisiones», también, depositamos esa confianza delegando sobre ellos, una función de control del poder público y político.
Les otorgamos ese papel de garante de lo público. Representan, así, una garantía para controlar al poder político y les asignamos la facultad de ser «los vIgilantes de los decisores públicos».
Pero atisbamos, también, la otra cara de la moneda. Los medios convencionales siguen siendo ese 4º poder y percibimos «los peligros del periodismo» o de la mala praxis del periodismo.
Nuestra confianza es grande, pero tenemos exigencias éticas «la percepción claramente positiva que tienen la mayoría de los ciudadanos sobre la función social e institucional de los medios no impide que coexista con una visión crítica» a la hora de orientar «la polarización política de la sociedad, y sobre su independencia de intereses políticos y empresariales».
Aquí cabe recordar aquel dicho que afirma que todo partido político tiene sus medios afines, aunque más sorprendente resulta su matización, que dice que todo medio tiene su partido político.
Más allá de estas conjeturas «la mayoría de los ciudadanos sigue reconociendo la función social e institucional de los medios como control del poder político» y de alguna manera exigimos que los medios no se plieguen al poder e interés político.
Nuestra propia Historia es un relato constante hilvanado por cada una de las noticias que los Medios generan a diario. Los medios siguen siendo los Reyes de la información. ¡Larga vida a los medios!
Próximamente, analizaremos otros datos de este estudio, referentes al papel de internet en la conformación de la opinión pública.